Anualmente, los países se ponen de acuerdo para dejar que la Tierra respire. Las luces del mundo se apagan en beneficio de todos los seres vivos

Apagar las luces, desenchufar los electrodomésticos, prescindir de cualquier tipo de energía durante una hora. La Hora del Planeta es el movimiento ecológico más grande del mundo. Propulsado por la ONG internacional Fondo Mundial por la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), acompañado por los estados de 178 naciones y motorizado por una comunidad global dispuesta a invertir en el futuro del planeta. Este sábado, desde las 20:30 a las 21:30, parte del mundo apagará sus luces. Esta vez, el lema es “Ahora es el momento. Cambia por el clima”.

La iniciativa inició en 2007 en un evento simbólico en la ciudad de Sidney, que reunió a dos mil comercios y dos millones de personas. En su décima edición ha logrado una evolución permanente y constante en la creación de consciencia humana y en la implementación de acciones climáticas en más de siete mil ciudades del globo.

Organismos locales de cada región del planeta confirmaron el apagón masivo de los edificios más icónicos del planeta. El Obelisco, el Palacio Real de Madrid, la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo, Notre Dame, el Sky Tower, la Plaza San Marco, la Torre de Pisa, el rascacielos Taipéi 101, la Opera de Sydney, el Kremlin, la Fontana de Trevi, el Coliseo, la Basílica de San Pedro, el Big Ben, el Castillo de Edinburgo, las Torres Petronas la Marina Bay Sands, la Torre de Tokio, el Estadio Nacional de Beijing, la Puerta de India, el Burj Khalifa, la Estatua de David, la Puerta de Brandemburgo, la estatua de la Sirenita en Copenhague, los Palacios de Westminster y Buckingham, el Edificio Empire State, las Cataratas del Niágara, el aeropuerto de Los Ángeles. Un sinfín de recintos históricos repartidos por todo el planeta se volverán a asociar para hacer más exponencial su compañía simbólica en busca del cambio mundial de la gestión de recursos.

La Hora del Planeta no es solo una movida para apagar las luces. Desde sus comienzos, hilvanó una serie de consecuencias, de detonaciones de campañas ambientalistas. El movimiento cultural, social y político más repetido en el mundo ha logrado estimular la activación de medidas gubernamentales responsables con el medio ambiente:

  • Rusia efectivizó el impacto de la Hora del Planeta en la promulgación de leyes ecológicas. En diciembre de 2012, la población reunió 120 mil firmas para elevar al Parlamento una medida a favor de la protección de sus mares contra la contaminación petrolera. La petición, integrada a la campaña «Lo haré, si tú lo haces», fue presentada, aprobada, convertida en ley y posteriormente instrumentada. Tras ese éxito, al año siguiente la Hora del Planeta de la WWF rusa lanzó una campaña similar con el objetivo conseguir más de 100 mil firmas para exigir una reforma en la legislación forestal.
  • En Botsuana, África, se sembraron más de 100 mil árboles en Goodhope, un área degradada al sur del país. Las autoridades se comprometieron a sembrar un ambicioso registro de un millón de árboles nativos como parte de su reto propuesto durante la campaña «Lo haré, si tú lo haces».
  • En Uganda, adoptaron un pacto de plantar el primer bosque de la Hora del Planeta, lo que representó el paso iniciático para frenar la deforestación promedio mensual de seis mil hectáreas.
  • En Estados Unidos, cerca de 35 mil chicas scouts participaron en el proyecto «Ahorra Energía», a través de la Hora del Planeta. Instalaron 132.141 focos de bajo consumo por todo el país, causando una reducción asombrosa de 34.197,505 kilogramos de emisiones de dióxido de carbono, un equivalente a la cantidad de CO2 secuestrada por la siembra de 2.949 hectáreas de árboles en un año.
  • En Argentina, así como en Rusia, en las Islas Galápagos y en Gales, también se han promovido cambios legislativos. La Fundación Vida Silvestre Argentina, asociada a WWF y organizadora de la Hora del Planeta en el país, impulsaron la sanción de la ley que creó la primera Área Marina Protegida de Argentina, Banco Namuncurá (Burdwood). Con esta aprobación del Senado, se protegió el AMP más grande del territorio nacional con más de 3,4 millones de hectáreas. La ONG, con el aporte de datos técnicos, colaboró en amparo legal de esta meseta submarina y pudo ampliar la custodia del mar Argentino a un cuatro por ciento.
  • Los movimientos que se propagaron catapultados por la repercusión de la Hora del Planeta sirvieron además para plantar 17 millones de árboles en Kazajstán, promover una entrega de cocinas energéticamente eficientes a familias de Nepal Madagascar, y favorecer la iluminación de hogares mediante energía solar en India y Filipinas.

Sesenta minutos, 178 países, 7.000 ciudades, 2200 millones de interacciones en las redes sociales, un planeta por salvar. La Hora del Planeta consiste en apagarse y reflexionar qué mundo queda por consumir. Lo reza el emblema de la campaña de 2016: «Ahora es el momento. Cambia por el clima».

Samuel Bello

Con información de Infobae.

Fotografía REUTERS/Jorge Silva.