La ciencia presta cada vez más atención a terapias alternativas que no dependan de medicamentos para aliviar las dolencias

El Reiki es una de esas disciplinas que ayuda a controlar los estados emocionales prescindiendo de fármacos. Este tipo de terapia de relajación se encuentra bajo la modalidad del trabajo energético.

Su propósito es canalizar la energía vital del cuerpo para alcanzar un estado profundo de tranquilidad, explica Eddie Rodríguez, instructor y terapista de Reiki con diez años de experiencia.

“El concepto de energía vital viene de Asia y se utiliza en otras terapias como la acupuntura. Es la noción de que todo ser vivo tiene  un  aliento de vida que recorre el cuerpo. Cuando ese flujo está bloqueado o desbalanceado surgen los síntomas de las enfermedades”, indica.

En una sesión de Reiki, la persona puede permanecer sentada, acostada o en ambas posiciones durante 30 a 60 minutos. El terapeuta utilizará las palmas de sus manos para hacer toques sutiles o superficiales sobre distintas áreas del cuerpo.

Durante la terapia, las reacciones pueden ser muy diversas. Hay quienes ríen a carcajadas, como liberando una emoción que llevaban dentro. Otros pueden comenzar a llorar, o simplemente dormirse.

“El beneficio más evidente es la eliminación del estrés, que sabemos es muy perjudicial para la salud. Algunas personas simplemente sienten como si se les apagara la mente”, afirma el instructor y terapista. “Al eliminar el estrés, el cuerpo puede funcionar mejor y poner a trabajar sus mecanismos de sanación”, destaca.

Por su parte, médicos como el cirujano cardiovascular estadounidense, Mehmet Oz, están integrando el Reiki al cuidado post operatorio tradicional en pacientes sometidos a cirujías del corazón. Incluso la Organización Mundial de la Salud incluyó el Reiki en su lista de tratamientos no tradicionales aceptados.

EC

Con información de agencias.

Fotografía Gettyimages.