Amarrados a las muñecas, los zapatos o la ropa, los monitores de ejercicio pueden recoger muchos datos: cuántos pasos das, dónde corriste, cuántas calorías quemaste, qué tan rápido late tu corazón, cuánto oxígeno tienes en la sangre y qué tan bien duermes.
También pueden sincronizarse con smartphones, aplicaciones y básculas. Pueden cuantificar qué tan activo estás y ofrecer satisfacción al fijar una meta, alcanzarla y ver si puedes mejorarla.
La doctora Lisa Cadmus-Bertram es una de las especialistas que se ha dedicado a estudiar el efecto de estos aparatos.
En una de sus pruebas encontró que mujeres maduras con sobrepeso y mujeres mayores que utilizan esta herramienta hacen una hora más de ejercicio semanal; mientras que un grupo de mujeres que no recibió el podómetro no mejoró. Los resultados se publicaron en el American Journal of Preventive Medicine este mes.
Crear hábitos saludables
Aunque los beneficios de los monitores sean difíciles de cuantificar, los expertos dicen que podrían hacer mucho bien porque podrían cambiar la forma sobre como la gente piensa acerca de sus propios hábitos y su actitud hacia la salud.
La doctora Julie Wang, que también estudió los dispositivos, dice que expertos en salud pública llevan años intentando que la gente monitoree su salud.
El doctor Jason Mendoza y otros investigadores dicen que los dispositivos podrían ser más efectivos si fueran una pieza de un régimen de salud, combinados con otras herramientas, como entrenamiento.
Así que realmente la evidencia de que la gente esté más saludable cuando utiliza un monitor de ejercicio es limitada, porque son nuevos y los estudios al respecto han sido más bien pequeños y se limitan a grupos específicos de personas.
Sin embargo, son una herramienta de motivación: pueden ayudarte a alcanzar pequeñas metas diarias, y paso a paso llegar a la cima de tu reto. Lo importante es combinar una correcta alimentación con un régimen de ejercicios y el monitoreo de tus actividades diarias.
EC
Con información de agencias
Fotografía Gettyimages
