El Sumario – La formación es clave para la transformación digital en América Latina y uno de los grandes retos es conseguir educación de calidad después de que la sociedad mejoró sus cifras de acceso a la capacitación, según destacaron los expertos.
En una reunión sobre esta materia celebrada en la conferencia South Summit en Madrid, la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, explicó que “la población latinoamericana aún no introdujo la digitalización en el trabajo y la educación”.
“La tecnología computacional ha entrado en el ocio, pero no en la matriz educativa ni en la central laboral, hay una gran penetración en las redes sociales como Facebook o Twitter, con más de 100 millones de usuarios, pero no se ha traducido en la educación ni en el empleo”, recalcó Grynspan.
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La secretaria general, además, añadió que “valoro las experiencias que, a su juicio, producen programas educativos como el Erasmus europeo”, y recordó que “Iberoamérica sigue diseñando en sistema similar en el que los estudiantes puedan estudiar en alguno de los 22 países de la región”.
Además, apuntó que “tenemos un dato que no quisiéramos en América Latina y es la tasa de deserción universitaria más alta del mundo, porque los muchachos no creen que acabar una carrera les vaya a ayudar a encontrar empleo. Si no les damos esa motivación no vamos a revertirlo”, comentó la economista costarricense.
En este sentido, Matías Rodríguez, presidente de Santander Universidades, ligado al Banco Santander, abogó por crear más becas que permitan intercambios entre los estudiantes latinoamericanos y afirmó que el Santander fue “pionero hace 20 años” cuando empezó a dar “apoyo” a las universidades.
Asimismo, aseguró que la financiación es “una cuestión muy importante en el ámbito educativo” y recordó que las universidades que más invierten por alumno son siempre las que encabezan las clasificaciones de calidad de educación.
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Por último, el exrector de la Universidad de los Andes (Colombia) Pablo Navas, apuntó que es necesario no considerar a los alumnos como “clientes” en las universidades, así como de eliminar todas las trabas burocráticas posibles para aplicar “los rápidos cambios” que desafían a los centros de educación superior.
Astrea Moreno
Con información de agencias
