En ocasiones aplicamos maquillaje diario como una obligación, pero no tomamos en cuenta la importancia que tiene cada producto en el acabado final del mismo.  El blush o colorete es una de las claves fundamentales y permite que nuestra piel tenga una apariencia saludable y juvenil. Depende de donde lo apliquemos y el color que usemos resultará más o menos efectivo, por eso es importante que sea el adecuado para tu tono de piel.

Para emplearlo correctamente es recomendable que sigas estos consejos:

  • El color rosa es excelente para parecer más joven. Úsalo por el día y, aplicado de una manera cuidosa, iluminará tu rostro y suavizará tus facciones. Va genial en pieles claras, ojos luminosos y labios en la misma gama de tonos.
  • El color rojo es el gran temido y el gran aliado. La mejor combinación posible es con un labial rojo, ya que favorece y da luminosidad y jugosidad a las pieles más maduras. Es adecuado tanto para pieles claras como para las morenas.
  • Los tonos melocotón y albaricoque no lo utilices si tu piel es muy clara y rosada. En cambio, en una tez oscura son perfectos. Creo que es un color que favorece mucho más cuando estamos un poquito bronceadas y combinándolo con un blush terracota que esculpa nuestras facciones.
  • Para piel normal o seca, prueba con un colorete en crema. Se mezcla con más facilidad que otras fórmulas y en general dan un aspecto muy natural.
  • Para piel grasa, mejor optar por una fórmula en polvo. Tendrá una duración mayor que un colorete en crema.
  • Para un look natural y juvenil comienza la aplicación del colorete en la parte superior de la manzana de la mejilla. La idea consiste en depositar la mayor parte de los pigmentos en la zona correcta. Si no puedes ver dónde está ese lugar, sonríe para impulsar las manzanas de las mejillas hacia arriba. Luego, coloca el color en la parte de la mejilla que se encuentra directamente debajo de la pupila y difumina hacia afuera, hacia la oreja.
  • Afina y moldea el rostro redondo. Inicia el rubor en las manzanas o zona alta del pómulo. Con una brocha difumina a lo largo de los pómulos todo el camino hasta las sienes.
  • Rejuveneces si esculpes los pómulos más altos. Elige un polvo bronceador de un tono o dos más oscuros que tu piel y aplícalo por debajo de la zona baja de los huesos de los pómulos. Luego aplica ligeramente por encima el colorete.

DS

Con información de Mujer Hoy

Foto: Gettyimages