Ir a un restaurante no tiene por qué ser un impedimento para tu régimen alimenticio. Sólo tienes que aprender a elegir lo mejor del menú

Aunque al principio te parezca que el plan nutricional que estás tratando de implementar en tu rutina diaria es restrictivo, recuerda que todo es cuestión de costumbre y que, poco a poco, irás cambiando tu organismo y tus costumbres, e inclusive hasta tus gustos. Además, recuerda que una dieta sana te enseña a sustituir ciertos alimentos poco saludables por otros más beneficiosos para tu cuerpo.

Así que primero, quítate la idea de que no puedes comer algo. Eso sólo te dará más ganas de comerlo. Segundo: si te saliste de la dieta, toma conciencia del hecho, sin castigarte. Recuerda que el remordimiento te hace engordar el doble.

Así que si planeas salir a comer a un restaurante con tu pareja, tus amigos o tu familia, sigue estas recomendaciones para que el plato que elijas no saboteen las recomendaciones nutricionales que tu especialista te indica, ni el esfuerzo que has hecho durante toda la semana.

  • Evita preparaciones que incluyan elementos fritos y platos con demasiadas salsas a base de mayonesa. Si quieres comerte alguna ensalada que tenga aderezo, puedes pedir que te sirvan la salsa aparte.
  • Es importante que estés atento al consumo de sal. Los restaurantes asiáticos en especial usan el glutamato monosódico en abundancia, así que pregunta siempre si los platos lo contienen. Y si la contienen, no añadas más sal al plato.
  • Controla la porción que consumes. Si los platos son muy grandes, es mejor que compartas la comida, ¡ah! Y evita comer pan de entrada.
  • El primer plato que ordenes debería contener vegetales, verduras, ensaladas, hortalizas, legumbres o cereales.
  • Elige las carnes magras y preparaciones a la plancha, al vapor o al horno, para garantizar la mínima cantidad de grasa posible.
  • De vez en cuanto puedes darte un gusto con un postre, pero recuerda moderarte para no sabotear la buena elección que hiciste con tus platos anteriores.

Cuando estás siguiendo un régimen alimenticio, tu organismo se acostumbra a comer sano. Y en la medida en que tú mente se sintonice con ese cambio, llegará un momento en que comer saludable será un hábito y no una imposición. ¡Adelante, puedes lograrlo! El camino hacia una vida llena de salud está en tus manos.

Eimy Cauterucce

Fotografía Gettyimages.