Casi medio después de la muerte del presidente de EEUU se han develado detalles de su automóvil. un Lincoln Continental

El Sumario – Recientemente se cumplieron 47 años de uno de los asesinatos más impactantes en la historia del siglo XX: la muerte de John Fitzgerald Kennedy, presidente de los Estados Unidos.

Uno de los elementos populares que atestiguaron el suceso fue el vehículo que lo transportaba por las calles de Dallas, Texas junto a su esposa Jacqueline. Se trataba de un Lincoln descapotable.

A continuación presentamos una serie de datos -entre muchas modificaciones- que posiblemente desconocías sobre ele carro presidencial , que curiosamente llevaba el nombre de otro ex mandatario estadounidense:

  • La Casa Blanca compró el Lincoln Continental Convertible de cuatro puertas producido por Ford Motor Company en 1961.
  • La adquisición/proyecto recibió el nombre en clave de SS-100-X, muy al estilo del Servicio Secreto americano.
  • Fue construido en la planta de Lincoln en Wixon (Michigan) en enero de 1961. Desde allí lo transportaron a Cincinnati, sede de Hess & Eisenhardt, unos famosísimos carroceros especializados en este tipo de modificaciones. Lo primero que hicieron fue partir el coche por la mitad para alargarlo 107 centímetros, hasta una longitud de 6,46 metros.
  • La estructura del carro fue reforzada convenientemente. En su interior, se instalaron una tapicería en los asientos y una moqueta en el suelo azules, bordados en los paneles interiores de las puertas con la insignia presidencial, sistemas especiales de calefacción y aire acondicionado, equipados con mandos individuales de control.
  • Le instalaron un asiento trasero que, gracias a un mecanismo hidráulico, se elevaba hasta 27 cm. para que el presidente fuese más visible para sus seguidores.
  • En el techo se dispusieron unos paneles desmontables de acero transparente o de plástico, según las actividades y zonas por donde circulara el automóvil.
  • Situaron cuatro escalones laterales plegables y dos más fijos en el paragolpes trasero para facilitar las labores de sus escoltas. Asimismo añadieron una sirena y mástiles para portar las banderas del país.
  • El vechículo costaba inicialmente 7.000 dólares pero su costo se incrementó a 200.000 dólares debido a las modificaciones. Pese a ello, no le instalaron ningún tipo de blindaje en la carrocería ni en los cristales, lo que paradójicamente sería el punto débil.
  • Por cierto, tras lo sucedido, el siniestro automóvil siguió transportando durante ocho años más a otros presidentes americanos (Lyndon B. Johnson y a Richard Nixon), pero ya con con una serie de medidas de seguridad notables. En concreto, le instalaron un blindaje de titanio, techo fijo y cristales antibalas. Si quieres verlo, está a tu disposición en el Museo de Henry Ford en Michigan, Estados Unidos.

Carlos E. Escalona

Con información de Top Gear

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