DOBLE LLAVE – Los paisajes del sur del estado Guárico, específicamente los de Parmana y El Pino, zonas que hacen frontera con Apure, sirvieron de locación para realizar el rodaje de Bárbara, el show nunca termina, el segundo largometraje de ficción del periodista, guionista y director venezolano, John Petrizzelli, con la producción de Sudameris Cinema, la Villa del Cine, Ibermedia, y el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC).

“Las viviendas rurales nos dieron el aspecto de los años ochenta que estábamos buscando, porque el llano central está muy urbanizado. Por eso se escogieron esas locaciones”, apuntó Petrizzelli.

Bárbara, personaje interpretado por Alberto Alifa, es una producción venezolana ambientada en el año 89 -una de las razones por la cual el director escogió esas localidades de filmación- que se basa en la experiencia de un travesti, que trabajaba en un cabaret citadino, que es desplazado por otro a causa de su vejez, acción que catalogó como una traición, huyendo a los llanos venezolanos con un maletín lleno de dinero. Allí se encuentra con el joven Sixto, interpretado por Rey García, y juntos logran huir de quienes están detrás de la suma millonaria. Los obstáculos que surgen durante la travesía de ambos hacen que su relación mejore, dejando a un lado los egos, surgiendo valores como la amistad, la sinceridad, así como la importancia de luchar por los sueños y mantenerse firme ante las adversidades.

La película, con guion escrito por Luis Ángel Duque, Rafael Pinto, y el director, se grabó en temporada de sequía durante los meses de abril y mayo del 2017, a pesar de que la génesis de la trama nació en el año 1999, a partir de un hecho real.

“Después que hice Carrao (1998) leí una noticia cuando llegue a Caracas, en la cual dos travestis habían ingresado a un local de fiesta -que frecuenté mucho- para realizar un asalto, sacaron unos revólveres y se llevaron el dinero. Para mala suerte de ellos, los mataron en unas escaleras del lugar. Quedaron tirados en el suelo con la peluca y los zapatos a un lado. Entonces dije: ¿Por qué no hago una película de un travesti que si se roba algo y se va para el llano?”, aseveró.

Fue en el año 2000 cuando el director introdujo el proyecto ante el CNAC. Sin embargo, fue rechazado por ser una propuesta que iba en contra de la esencia de Doña Bárbara, catalogada como símbolo nacional por parte de la institución. Según Petrizzelli, la película fue rechazada debido a que, a su juicio, Venezuela todavía estaba en una época de transición, pues, “el cine venezolano no había salido del closet”.

En la presentación a la prensa del filme, Alifa, el protagonista, reveló que, a pesar de haber trabajado durante casi dos meses de ensayos en Caracas para poder interpretar al personaje travesti, el fuerte carácter del llano venezolano se impuso durante la grabación, poniendo a prueba a los actores. Coincidieron en que fue un reto grabar en esos escenarios.

“El ambiente afectó el momento de grabación. Nos dimos cuenta que lo que ensayamos en Los Chorros, era totalmente diferente cuando lo escenificábamos en el llano”, dijo, al tiempo que agregó que durante estos entrenamientos utilizaron la figura de un coach para poder sumergirse en el personaje travesti. Alifa añadió que observar los hábitos de su esposa fue una de las técnicas que lo ayudó realizar la personificación.

El contraste entre lo urbano y lo rural, entre la cultura campesina y el estilo de vida de la comunidad LGTBI, se aprecian con equilibrio en la filmación. Además, el director quiso hacer un homenaje al escritor venezolano Rómulo Gallegos y su novela Doña Bárbara, con la inclusión de personajes como Marisela, Melquiades, Santos, y Bárbara, con un toque de modernidad e identidades opuestas a las originales.

Esta película venezolana contó con solo cuatro personas en su producción «por la distancia», algunos dormían en bases de misiones, mientras que otros en un caney a orilla del Orinoco. «Se trató de llevar equipo mínimo por la distancia y por la falta de alojamiento», apuntó el director.

Habitantes de las zonas se unieron a la grabación facilitando sus hatos, sus viviendas, sus curiatas, sus vehículos, sus caballos, sus burros, y sus tierras para realizar la grabación. El talento local aparece como personajes de relleno en la trama, que participará en un festival de cine en la India.

“La película deja un mensaje muy bonito, como dice su eslogan, y es que el show jamás debe terminar, siempre hay que seguir adelante”, aseveró Rey, segundo personaje principal.

La invitación es a ver la producción venezolana el próximo 3 de noviembre en las salas de cine nacional, distribución realizada de la mano de Cines Unidos y de Amazonia Films.

Evany Sandoval.