Desde anoche Chile está de fiesta, y es que jugarán el partido que tanto han anhelado, y es que participar en la final de la Copa América dentro su propio país ya no es un sueño. Al equipo que llegó hasta este punto con una polémica, le tocó sufrir más de lo esperado este lunes ante Perú en la semifinal disputada en Santiago, donde se impuso por 2-1 ante un rival que se quedó con un hombre menos a los 20 minutos de partido.

Los chilenos, que nunca han logrado un título y jugaron su última final en el torneo continental en 1987, se impusieron con goles de Eduardo Vargas en los minutos 42 y 64. Gary Medel hizo en su propio arco el momentáneo empate 1-1 en el 60.

La «Roja» se medirá el sábado en la capital chilena con el ganador de la segunda semifinal, que disputan en Concepción mañana Argentina y Paraguay.

La generación de Arturo Vidal, Alexis Sánchez, Jorge Valdivia o Gary Medel, que se considera la mejor de la historia del fútbol chileno, tendrá finalmente la oportunidad de demostrarlo levantando una copa y truncando ante su público una tradición perdedora.

Chile había jugado hasta ahora dos finales de la Copa América, en 1979 y en 1987, pero en las dos salió derrotado. Fue otras dos veces subcampeón, en 1955 y 1956, pero con un formato de liguilla. La última vez que había estado en una semifinal fue en 1999, cuando cayó en penales ante Uruguay.

«La ansiedad nos jugó hoy en contra. Es el partido con más desorden en la distribución en el campo», admitió el seleccionador local, Jorge Sampaoli. «La expulsión nos perjudicó más a nosotros que a ellos porque no la aprovechamos».

El análisis del técnico argentino es exagerado, porque Perú fue mejor mientras tuvo a los 11 en el campo, con un Paolo Guerrero imponente y mucha movilidad por los costados. Tras la expulsión, el duelo se inclinó claramente del lado chileno.

AG

Con información de dpa.

Fotografía REUTERS/Pablo Sanhueza