En la capital se implementa un nuevo sistema de ciclovías, una idea exitosa en varios países del mundo

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) publicó en marzo de este año el documento Ciclo-Inclusión en América Latina y el Caribe, una guía para impulsar el uso de la bici en Latinoamérica. Allí se presenta un ranking de ciudades de la región que usan la bicicleta como medio de transporte. Las dos urbes con mayor uso son Rosario (Argentina) y Bogotá (Colombia). Le siguen Río de Janeiro, Santiago de Chile, Buenos Aires, Cochabamba y Pereira.

El estudio evalúa las políticas de promoción y desarrollo de este medio de transporte. Hasta el momento de su publicación, habían 2.513 kilómetros de ciclovías en la región; 12 ciudades con un departamento oficial especializado en proyectos para bicicletas y el 95% de las ciudades analizadas realizan campañas para promocionar este transporte.

En el resto del mundo también hay localidades donde el uso de la bici se ha popularizado. Por ejemplo, Moscú es cada vez más amiga de las bicicletas: expertos consideran que hasta 200.000 habitantes de la mayor ciudad de Europa utiliza este medio con regularidad.

En Holanda, las bicicletas forman prácticamente parte del ADN de la población y desde hace tiempo construyen puentes para ciclistas.

En Copenhague, Dinamarca, hay 570.000 habitantes, más de 600.000 bicicletas y además tienen un puente para ciclistas que costó 4,3 millones de euros, el Cykeslangen, que tiene 230 metros de largo y fue realizado por el arquitecto Norman Foster.

Por su parte, en Londres el mismo Foster sueña con SkyCycle, un proyecto para construir 220 kilómetros de ciclovías sostenidas por pilotes sobre las vías de los trenes suburbanos. La red tendría 10 rutas con 200 puntos de acceso y costaría 335,5 millones de dólares.

Mientras tanto, en Venezuela se comienza a dar los primeros pasos para implementar un proyecto ciclístico con miras a crecer.

El Plan Caracas Rueda Libre fue inaugurado en 2012, y actualmente cuenta con más de 19 kilómetros para que los ciudadanos puedan transportarse por la principal urbe del país. De hecho, desde el miércoles 19 de agosto de 2015, Venezuela apareció oficialmente en el mapa mundial de ciclovías, tras ser reconocida a través del portal www.bikesharingmap.com.

Como parte del plan para un mayor disfrute por parte de las personas de las ciclovías caraqueñas, el pasado 31 de julio fue activado el préstamo permanente de 300 bicicletas por parte de la Alcaldía del Municipio Libertador. Por ello, en El Sumario decidimos investigar sobre este tópico y vivir la experiencia para tener una visión más cercana sobre las ciclovías caraqueñas.

Información de primera mano

Mapa de la ciclovía permanente.
Mapa de la ciclovía permanente.

A las 7:35 a.m. Julio César Chávez ya estaba dispuesto en el stand de bicicletas de Plaza Venezuela. Me acerqué a conversar con él para tener información oficial sobre el préstamo de las bicicletas y el funcionamiento general de la ruta 2 de la red de ciclovías permanentes, inaugurada el viernes 31 de julio por el alcalde del municipio Libertador, Jorge Rodríguez.

Esta ruta va desde la plaza Diego Ibarra, en el centro de Caracas, hasta Plaza Venezuela, justo donde comienza el bulevar de Sabana Grande. En esa estación, Chávez se encarga del préstamo de los velocípedos y de la logística de montaje todas las mañanas.

La actividad en la estación frente a las residencias estudiantiles Livia Gouverneur inicia entre las 8:00 y 8:30 a.m. Aunque la información oficial dice las bicicletas pueden ser solicitadas de lunes a sábado, desde las 7:00 de la mañana hasta las 6:00 de la tarde, esto está sujeto, por ejemplo, al clima: si está lluvioso, puede que el alquiler inicie un poco más tarde de lo esperado, al menos en esta estación, según explica el señor Julio.

Para el préstamo, el usuario debe presentar su cédula de identidad. Luego se le tomarán los datos a través del sistema captahuellas, con lo cual quedará registrado en la base de datos. Las bicicletas, que cuentan con sistema de ubicación satelital, pueden ser devueltas en cualquiera de las tres estaciones activas.

La idea de este plan de ciclovía permanente es incentivar el uso de la bicicleta como medio de transporte convencional. Por los momentos la ruta cubre 2,7 kilómetros de vía que conecta diversos puntos de la ciudad y, según Chávez, el servicio ha sido disfrutado por gran cantidad de personas, en especial jóvenes por el período de vacaciones.

“Es una buena opción para hacer diligencias en el centro. Si vas a hacer algún trámite, puedes pedir la bicicleta en la zona más cercana a tu residencia y entregarla en la Diego Ibarra. Luego de hacer la diligencia, puedes regresar hasta tu punto de partida” comenta el señor Julio. Sin embargo, quien cuente con bicicleta propia también puede hacer uso de la ciclovía.

También agrega que la idea es que esta ciclovía llegue hasta Propatria y se incluya una bifurcación que conecte con Caricuao. Del mismo modo, planean ampliarla hasta Chacaíto, para cubrir así el municipio Libertador de punta a punta. En cuanto a la estación ubicada en la Universidad Bolivariana de Venezuela, será abierta cuando el Ministerio de Transporte termine las obras que actualmente se encuentra realizando en la zona.

Según un artículo publicado el lunes 17 de agosto de 2015 en el diario Ciudad Ccs, se encuentran disponibles 300 bicicletas atómicas hechas en Venezuela por la Fábrica Nacional de Bicicletas (Fanabi). Y aunque no se le ven los frenos convencionales, sí tiene sistema de frenado: es a contra pedal.

Fanabi inició sus operaciones en 2008, en Tinaquillo. Fue allí, en Cojedes, donde comenzó a funcionar esta empresa producto de la alianza entre Venezuela e Irán

Por su parte, el nombre de la bicicleta se originó ese mismo año. Fuera de nuestras fronteras se señaló que esa planta servía para procesar uranio enriquecido, material usado en la fabricación de armas atómicas. La denuncia llegó a los oídos del presidente de aquel entonces, Hugo Chávez, quien decidió bautizar como “atómicas” a las bicicletas de esa planta.

¿La bicicleta es segura?

Versión montañera de la bicicleta atómica.
Versión montañera de la bicicleta atómica.

El alcalde del municipio Libertador, Jorge Rodríguez, comentó el pasado 31 de julio que el objetivo de las ciclovías permanentes es impulsar el uso de las bicicletas como un medio de transporte.

Luego, en un encuentro dirigido por Carlos Díaz, presidente del Instituto Municipal de Transporte y Recreación (Imdere), y reseñado por el diario Ciudad Ccs el pasado 14 de agosto, se trataron temas referidos a la vigilancia de los espacios aledaños a la ciclovía, seguridad vial, atención médica primaria, uso correcto del casco, e instalación de estacionamientos para bicicletas particulares.

Sin embargo, no fueron detallados los resultados de las conversaciones en dicho artículo y por eso quedan algunas dudas al aire. Vamos en orden.

En cuanto a la vigilancia en la ciclovía, la información oficial emitida por la Alcaldía de Caracas dice que hay presencia policial en los alrededores. Sin embargo, en un recorrido realizado por el equipo de El Sumario no se vio ningún oficial cerca.

En cuanto al uso correcto del casco, sería interesante saber qué resultó de las conversaciones ya que, al menos por el momento, en la estaciones de préstamo no hay entrega de casco cuando se solicita la bicicleta. El uso del casco es primordial para la seguridad en un medio de transporte de dos ruedas; por ende, debería ser parte del plan de seguridad vial para la ciclovía.

Por otra parte, las bicicletas no tienen bocina. Tampoco existe aún una cultura de respeto hacia los ciclistas en Caracas. Por tanto, existen altas probabilidades de que un usuario se caiga de la bicicleta si impacta contra un peatón que va caminando por la ciclovía. Esto es un tema educativo: las personas que van a pie deben respetar el espacio delimitado para el tránsito de bicicletas. Así se evitarían posibles accidentes.

En cuanto a los posibles robos o pérdidas de las bicicletas prestadas, Julio César Chávez comentó que con los datos suministrados en el registro de la estación, se tiene acceso a la dirección del usuario en caso de que decidan llevarse el medio de transporte. “Quién recurra al hurto de estos vehículos, estaría robando al Estado y tendría que enfrentar una pena mínimo de tres años de cárcel», precisó. Sin embargo, no existe información por parte de otra autoridad del proyecto en cuanto a este tópico.

Inversión en el proyecto

El pasado 21 de mayo, cuando fue inaugurado el tramo A de la ruta dos de la ciclovía permanente que va desde la estación metro de Bellas Artes hasta la plaza Diego Ibarra, el alcalde Jorge Rodríguez informó que la inversión para esta parte de la estructura vial fue de 25 millones de bolívares que sumado a los 20 millones de la ciclovía anterior “en total son 45 millones de bolívares, para los 3,1 km de ciclovía permanente”.

El tramo construido antes que éste es el que comienza en la avenida Principal de Bello Monte y termina en la Universidad Bolivariana de Venezuela. Según una nota publicada en el portal de Radio Nacional de Venezuela el 6 de septiembre de 2013, donde el entonces director de Infraestructura de la Alcaldía de Caracas, Raúl Acosta, ofreció declaraciones, el monto de la inversión de obra alcanzaba los 12 millones de bolívares.

El 31 de julio fue oficialmente inaugurado el tercer tramo de la ciclovía permanente, que va desde el bulevar de Sabana Grande, conecta con Bellas Artes e incluye el tercer puente colgante de Venezuela, pero este es exclusivo para ciclistas. Sin embargo, en esta oportunidad ninguna fuente oficial ofreció los datos de inversión puntual para la construcción de dicho tramo.

Según datos de la web del noticiero Venevisión, se invirtieron más de 53 millones de bolívares. Sin embargo, no se encontraron otras fuentes que manejaran cifras en este sentido.

En base a la experiencia

Parte del equipo de El Sumario vivió la experiencia de recorrer la ciclovía con las bicicletas atómicas. La estación escogida para iniciar el camino fue la plaza Diego Ibarra. De esta vivencia se desprenden algunas recomendaciones que a nuestro criterio, de aplicarse, mejorarían el uso del sistema e incrementarían la seguridad del usuario durante el paseo. 

  • El proceso de entrega de las bicicletas y registro en el sistema es muy lento. Por lo tanto, no es recomendable usar esta opción como mecanismo de transporte, porque llegarías siempre tarde al trabajo o a clases. Además, el personal debería estar mejor entrenado para optimizar la entrega de las bicicletas (al menos en la estación de la Diego Ibarra).
  • Hay que tener mucho cuidado al cruzar los semáforos del tramo de la avenida Bolívar, porque las motos no suelen respetar la luz roja.
  • Cuando retiras la bicicleta no hacen entrega de casco. Así que si tienes uno, es recomendable que lo lleves.
  • Si no tienes mucha habilidad manejando bicicleta, practica un poco en la estación antes de emprender la ruta.
  • Por ser una bicicleta con sistema de frenado a contra pedal, debes tener muy en cuenta que los frenos no se activan desde los manubrios, sino pedaleando hacia atrás. Pruébalos en partes planas de la vía, pues más adelante encontrarás pendientes largas.
  • Si quieres ejercitarte, la ruta de Plaza Venezuela al centro de Caracas es una buena opción, pues la vía es mayormente en subida. Si prefieres un paseo cómodo, puedes ir en bajada desde la Plaza Diego Ibarra hasta Sabana Grande.

Después de pedalear por la ciudad, la valoración general es que el paseo en bicicleta por la ciclovía es muy agradable. Hay espacios de la ciudad que han sido recuperados y eso puede apreciarse durante la ruta.

Sin embargo, hay aspectos de seguridad que deberían ser mejorados por las autoridades encargadas de este proyecto para garantizar que el usuario no tenga problemas durante la ruta.

Si no has tenido tiempo de recorrer la ciclovía, aquí te dejamos este material realizado por el equipo de El Sumario para que veas con tus propios ojos lo que hay en el camino.

Eimy Cauterucce

Producción audiovisual @harryfebres e @idafebres