Consumir 25 gramos de azúcar al día, lo que equivale a seis cucharadas, es la recomendación que da la Organización Mundial de la Salud, quienes soportan que el consumo excesivo de este producto es el principal responsable del aumento en el peso corporal.

De acuerdo con el Instituto de Estudios del Azúcar y la Remolacha (IEDAR) se debe cuidar el azúcar que se ingieren en productos industrializados, además de la miel y jarabes.

Uno de los argumentos que confirma que el consumo de dulce evita mantener el peso ideal es que este producto estimula el apetito, así lo explican investigadores de Yale University School of Medicine de Estados Unidos: «la fructosa disminuye la circulación de hormonas de la saciedad, lo cual aumenta la ingesta de alimentos calóricos».

Por otro lado, es un producto adictivo, lo que predispone un consumo excesivo. Cuando se toman bebidas azucarada el cerebro libera dopamina que produce una sensación de placer que busca repetirse, favoreciendo la adicción.

Además, se convierte en grasa. Cuando se come un alimento con azúcar refinada, el organismo lo transforma en energía que si no se gasta adecuadamente y a tiempo, se transforma en grasa corporal y queda almacenada.

DS

Con información de En Forma

Fotografía Gettyimages