El Sumario – Venezuela se ha convertido en un territorio donde el resguardo y la prevención, es asunto a considerar en el día a día, en la opinión y según recomiendan diversos analistas y expertos. Se deben reforzar medidas relacionadas con la seguridad personal -tanto propia como de nuestros seres queridos- por una parte, y por la otra aspectos referentes a la protección de nuestros bienes y propiedades.
El blindaje de vehículos, es un servicio y especialidad profesional, que viene perfeccionando sus métodos y técnicas, desarrollando nuevos materiales, pues es una industria de innovación constante, alcanzando costos y tiempos de aplicación o realización más eficientes.
Blindar es protegerse
El auge de la delincuencia en general y los delitos perpetrados que involucran la violación de vehículos, el robo de dichas unidades, la interceptación, el secuestro de personas, el robo de mercancías a camiones de distribución, son problemas que más allá de los esfuerzos de las autoridades policiales y organismos de seguridad del Estado, se han vuelto frecuentes, haciendo necesario e inteligente madurar y tomar la decisión de blindar.
Otro aspecto a considerar es que, el sector automotor viene atravesando una clara recesión, si se comparan las cifras de este año a las del mismo lapso en 2007 -año récord de ventas-, por lo que tener un vehículo se ha convertido también en una inversión que como tal se debe proteger.
La escasez de carros ensamblados en Venezuela, las tendencias y hasta las malas condiciones del mantenimiento de la vialidad, ha impulsado o posicionado a los SUV (Vehículo utilitario deportivo, por sus siglas en inglés); y casualmente son vehículos con alta demanda a la hora de blindar.
Seguridad en cuatro ruedas
Aunque algunos estudios de mercado y comportamiento del consumidor, en Venezuela y otros países latinoamericanos, han ratificado que el mercado del blindaje es primariamente para un público premium, ocupado por el cuerpo diplomático y entes gubernamentales, empresas para su personal directivo, flotas de compañías de transporte y luego los particulares, este aumenta en automóviles y camionetas de uso familiar, incluso con la adquisición de vehículos ya blindados previamente.
Si bien el blindaje sigue siendo la médula de esta industria, la refacción y el mantenimiento se han convertido en fuente de trabajo. La revisión para ajustes cada cierto tiempo, el cambio de piezas vencidas y las reparaciones tras un incidente, forman parte de la demanda habitual de servicios en el sector.
Poseer un vehículo blindado y utilizarlo, supone estar enterado suficientemente respecto al mismo y su uso prudente. Los especialistas de Blindajes Proarmor indican que «es ideal, que el conductor o conductora tenga nociones, ciertos conocimientos de manejo preventivo y defensivo, sobre todo estar claros en el tipo de resguardo que ofrece el nivel de blindaje aplicado a ese vehículo». Eso optimiza el desempeño y aumenta la seguridad de los ocupantes.
Trabajo garantizado y seguro
Son diferentes las prestaciones y garantías de protección que ofrece cada nivel de blindaje. Esto tiene que ver con los materiales que se empleen y además con el trabajo que profesionalmente se realice. Ello es la clave para decidir lo que se necesita y se quiere realizar. Luego divulgaremos más sobre el tema.
En Blindajes Proarmor la atención es personalizada y reservada; además, apuestan por expandir sus servicios a otros países latinoamericanos, señaló uno de sus especialistas. Hacen hincapié en asesorar e informar.
Tomado de Doble Llave