Un barrio de Londres se propone acabar con las molestas heces de perro en parques y zonas peatonales y, para encontrar a los dueños de los canes que no se ocupan de recogerlas, planea realizar pruebas de ADN a los excrementos.

«Somos el primer distrito del país que lucha decididamente contra los excrementos de perro y los dueños de animales que no se comportan de manera social», afirma en un comunicado reciente Darren Rodwell, concejal del distrito Barking and Dagenham.

Así, los dueños que no retiren los excrementos de sus mascotas podrían ser castigados con una multa de hasta 80 libras (unos 110 euros/123 dólares), una vez demostrado gracias a los test de ADN que las heces eran de sus perros.

Y es que según las autoridades del distrito, retirar los excrementos caninos cuesta 2,3 millones de libras (unos 3,2 millones de euros) al año. En septiembre de 2016, las autoridades tienen previsto poner en marcha un proyecto piloto.

Para ello necesitan una base de datos donde almacenar el ADN de los perros, que podría ser similar a la «PooPrints» estadounidense, de manera que pueda compararse con el de las heces.

«La mayor parte de los dueños de perros en Barking und Dageham son socialmente responsables, pero por desgracia hay un par de egoístas que piensan que está bien largarse sin limpiar los excrementos de sus mascotas«, señala Rodwell en el comunicado. «Las heces de perro no sólo ensucian nuestras calles, sino que son un peligro sanitario, sobre todo para los niños pequeños», añadió.

LS

Con información de dpa

Fotografía Gettyimages